miércoles, 8 de septiembre de 2010

Askatasuna II

III.    Primeros pasos.

ETA celebró su primera Asamblea en mayo de 1962, transcurridos varios meses del fallido atentado del tren y de la quema a plena luz de la bandera española que ondeaba en la Diputación de Guipúzcoa en San Sebastián. Estos actos provocaron intensas represiones con torturas incluidas, algo todavía no previsto por los integrantes de ETA. Esta persecución sistemática desmontó la poca organización que existía.
La primera asamblea estuvo formada por los exiliados, en una abadía de benedictinos. En esta reunión surgieron discrepancias en el terreno ideológico. Así el primer escrito, “Principios de ETA” sintetiza las ideas de los integrantes originarios de EKIN. Las medidas tomadas como urgentes fueron la propaganda y la definición del ideario de ETA. El ideario fue difundido en mano, ya fuese en euskera, castellano o inglés. El impacto en esos años franquistas provocó reacciones de protesta para el nuevo grupo y sus dirigentes. De lo que no hablaban los principios era sobre la violencia.
Madariaga solucionó rápidamente la cuestión: “Euskadi está en guerra con el ocupante extranjero”.

El movimiento obrero tuvo una incidencia muy grande en estos jóvenes. El interés que les suscitaron las luchas sociales, acercaron el marxismo a muchos militantes de ETA.

La II Asamblea se realizó en Francia en marzo de 1963, donde no se produjo novedad alguna en el fondo, pero si en la imagen, ya que acuden 2 mujeres, desechándose la postura tradicional del nacionalismo vasco sobre estas (amas de casa, vías de transmisión del pensamiento sabiniano).


La III Asamblea se realiza en mayo de 1964 donde lo fundamental es una ponencia acerca de la luchar armada, por la cual se crearán las figuras del liberado y los hirukos, células de 3 militantes absolutamente compartimentadas. Se acepta también que la labor del PNV es contraria a los intereses de ETA y por lo tanto se acepta su destrucción.
Comienza así el “microterrorismo”, la marginación de lo “chivatos” y el boicot a sus negocios o petición de dinero a gente adinerada del sector nacionalista. Este modelo no tenía mucho que ver con el impuesto revolucionario que se crearía más tarde.
La respuesta policial a este microterrorismo fue para ETA muy rentable ya que la actuación policial solo hacía que confirmar las tesis del grupo.
Zabilde, preso en las redadas anteriores a la III Asamblea, al salir de la cárcel hace 2 aportaciones definitivas: “Carta de los intelectuales” y “Bases teóricas de la guerra revolucionaria”. La guerra revolucionaria fue definida como el proceso político-militar que tiene por meta la autodeterminación del pueblo vasco, usando con este fin los mecanismos de acción-represión. Esta teoría se basaba en aprovechar la represión que el Estado (en este caso el  franquista) aplicaba sobre aquellos contrarios, callera sobre las masas populares de tal manera que en vez del pánico en esta, surgiese la rebeldía. Por lo que el ciclo de acción-represión se repetiría cada vez con mayor virulencia.

Posteriormente una denuncia de un miembro del PNV sobre Madariaga e Irigarai sobre extorsión  causa una investigación que termina con Madariaga e Irigarai en Argelia, Benito del Valle en Venezuela y Txillardegui en Bruselas. Desaparecida la vieja guardia, el control pasa a otras manos en el interior, a las de Zabilde y Escubi. Estos deciden convocar la IV Asamblea en agosto de 1965, una Asamblea que aprobaría las “Bases teóricas de la guerra revolucionaria” y la segunda “Carta a los intelectuales” y reestructura a ETA en secciones (militar, activista, de información, política,….). Otro punto importante de esta es la aprobación de la opción socialista como futuro de la sociedad, abriéndose el grupo a corrientes marxistas y revolucionarias.

Dejar claro que en la mayoría de partidos u organizaciones políticas o sindicales, los relevos en los órganos de dirección suelen ser traumáticas. En ETA jamás, salvo en algún caso aislado y la razón es bien sencilla, para eso ya estaba la policía. Todo miembro de ETA sabía que su paso por algún cargo organizativo sería efímero pues tarde o temprano tendría que abandonarlo al ser detenido o al tener que huir. Además aquí queda definida la estrategia de que cuanto peor, mejor: “Podemos afirmar que la dictadura del general Franco está siendo para nuestro pueblo infinitamente más positiva que una democracia…ya que ahora disponemos de tensiones que permiten lanzar al pueblo a la lucha”

Sin embargo los planes se torcerían prematuramente. Debido a que en la calle se consideraba a ETA más como un grupo de gamberros que otra cosa, Zabilde decidió perpetrar un atraco y de paso, comprobar a teoría “acción-represión-acción”.  Este atraco fue anunciado en Zutik! Apareciendo publicado que “la lucha revolucionaria no será tomada en contra del pueblo”. En el comunicado explicaban que la requisa de medios necesarios para la lucha, serán tomados con “excesiva prudencia” y no se dañarían los bienes materiales de una persona que necesite de ellos para vivir con dignidad. Vista esta argumentación desde el punto de vista actual, resulta casi increíble.
Finalmente el primer atraco fue un total fracaso pues se equivocaron de bolsa.

La detención posterior de Zabilde provocó un período combulso dentro de la organización que no se resolvió hasta que Escubi junto con Barrena y Bareño traspasan la frontera para hacerse cargo en el interior, de la cúpula de ETA. Convocaron la V Asamblea en diciembre de 1966. Nadie pensó que aquello iba a terminar en escisión. Pero los que en la reunión eran nombrados como “disidentes”, mostraron su desacuerdo con los métodos fascistas de la organización. Estos fueron expulsados, escindiéndose como ETA berri (nueva), abandonando las armas y posteriormente transformándose en el Movimiento Comunista de Euskadi. La segunda parte de la V Asamblea, 5 meses después de la primera, reforzó la figura de Txabi Echebarrieta como presidente. La generación que salió de esta V Asamblea de mano de Echebarrieta y Escubi, estaba dispuesta a poner toda la carne en el asador. Poco después se produjo el abandono de la organización de algunos de sus fundadores como Txillardegui, Benito del Valle, Imaz y Aguirre debido a que “su organización” dejó de ser un movimiento de tendencias diversas para convertirse progresivamente en un partido de tendencias marxistas-leninista. Así también esta nueva generación poseía un sentimiento laico, quedando vacíos los seminarios que anteriormente ocupaban en sus reuniones.
Las diferencias fundamentales entre el PNV y HB puede que tengan su origen aquí.


IV.    Mareas internas

Cuando Zabilde propuso su teoría de la espiral, no podía imaginar que su puesta en marcha iba a coincidir con el inicio de la represión indiscriminada y masiva como única respuesta por parte del régimen franquista.
La estrategia de ETA tras la V Asamblea tendrá tres vertientes:
-    Una campaña de unidad nacionalista para contrarrestar la escisión de Txillardegui. El objetivo era atraer al PNV hacia ETA y forzar la ruptura de este con socialistas y republicanos, además de tender un puente hacia EGI, las juventudes del PNV.
-    Ingreso en CCOO para plantar cara en su mismo terreno a ETA berri. ETA no aportaba militantes obreros pero puso a disposición de los sindicatos su maquinaria de propaganda. La intención de esto fue hacer ver a los trabajadores que detrás de ellos, estaba una fuerza militar dispuesta a defender sus intereses. Pero los obreros no se dieron por enterados. Este frente supuso también el abandono de algunos activistas de la organización, ya que evolucionaron hacia posiciones de izquierda olvidándose del frente nacional.
-    Inicio de la lucha armada. ETA era vista como el único grupo antifranquista. De tal manera comenzó el trasvase emociona de importantes sectores del pueblo vasco hacia esos militantes etarras que se jugaban la vida frente al terror del régimen. Mientras tanto, esta versión del culto a la violencia, se fue abriendo camino en las filas de EGI.



Sin embargo el paso de las palabras a los hechos supuso un paso importante en la historia de ETA. Este clima, lanzó a ETA a atentar contra los jefes de la Brigada Político-Social de Bilbao y San Sebastián. Txabi Echebarrieta era el responsable. Este, junto con su compañero Sarasketa,  fue dado el alto por exceso de velocidad, cuando algo de esto andaba tramando, disparando Echebarrieta a un guardia civil, José Pardines, que muere en el instante. Echebarrieta y Sarasketa huyen y posteriormente son detectados y Txabi es muerto a tiros allí mismo, mientras que su compañero y el párroco del pueblo apresados. El 7 de Junio de 1968 cambia la historia del País Vasco.

Escubi era respetado, pero Echebarrieta querido y aunque este tuviese la idea de la muerte interiorizada, el resto de sus compañeros no. Para ellos, Echebarrieta era “el primer mártir de la revolución”. “Ellos nos lo quitaron y pagarán por ello”. Esta sensación de robo se extendió por la sociedad vasca. Además tras el juicio a Sarasketa que finalizó con 58 años de cárcel para él, un miembro del ejército decidió que se repitiese dicho juicio cuyo resultado fue la condena a muerte. Con esto empezó a cuajar la conciencia antirrepresiva de la sociedad vasca. Finalmente se llevaron a cabo los atentados contra los jefes de la Brigada Político Social terminando uno de ellos muerto a causa de 7 disparos en el portal de su casa. Este verano e 1968 lo cambió todo pues la muerte de Echebarrieta podía considerarse como producto de un enfrentamiento no deseado, sin embargo el asesinato de Melitón Manzanas en su portal demostraba que ETA estaba dispuesta a disparar con frialdad.
Este atentado se vivió con alegría en el seno de ETA, mientras que el PNV lo rechazó frontalmente aludiendo al carácter pacífico de los vascos. Sin embargo, para EGI, la vía armada comenzó a tomar un atractivo importante. La respuesta del régimen fue fulminante mediante una represión indiscriminada, con 1953 detenidos sin juicio.

Tras la cadena de atentados durante la Semana Santa de 1969 se vio que la teoría de la espiral anteriormente planteada, falló. Comenzaron las detenciones de gran parte de la organización (más de 400 personas). Sin embargo la policía no puedo detener a Escubi, este junto con su familia logró cruzar la frontera.
El pequeño reducto que quedó intacto en el interior, fue el encargado de organizar la VI Asamblea. En su primera parte se produce un giro de la ideología oficial de la organización hacia la izquierda y la afinidad con el movimiento obrero. Llegando a tal magnitud que se envía dinero a familias de unos obreros muertos en Granada. Según parte de la banda (los milis)  el españolismo armado se había adueñado de esta.
A su vez en el exilio, se crearon grupos de estudio a iniciativa de Escubi, denominadas “Células Rojas”.
En esta Asamblea se abandona también el objetivo de la independencia por el de la autodeterminación, hablándose de la lucha armada como algo que se debía examinar cuidadosamente. Así también se produjo un intenso enfrentamiento personal entre varios miembros de la cúpula, que supondría el abandono de la banda por parte de los miembros de las células rojas, entre los que se encontraban Madariaga y Escubi, y la elección de una nueva dirección.

Así se encontraban los ánimos dentro de ETA cuando el régimen franquista decide dar un gran escarnio, que pensaba sería definitivo para todo aquel que estuviese dentro de la organización terrorista o pretendiese entrar. El proceso de Burgos (Diciembre de 1970) fue un Consejo de Guerra en el que se juzgaba a 16 etarras, para seis de los cuales se pedían penas de muerte. Los acusados terminaron gritando “Gora Euskadi”, siendo retratados como patriotas al mundo entero.  Este proceso desencadenó una movilización popular en España y Europa. Las actividades contra el proceso no se basaban en ideologías, sino en el carácter antirrepresivo del que partían.

El principio de los años 70 sería para ETA un período en el que la lucha entre las escisiones sería constante, así como disolución de parte de ellas debido a sus giros ideológicos hacia la extrema izquierda, dando lugar a una ETA que si poseía componentes políticos, y de acción, pasaba a ser una ETA estrictamente militar, hasta el punto en el que la lucha armada terminó convirtiéndose en la seña de identidad de la organización terrorista.
Comenzarón los secuestros a empresarios, resultando un éxito, así como atracos, voladuras de monumentos conmemorativos de la victoria franquista, bombas en edificios del sindicato vertical, suponiendo de nuevo la acción represiva por parte de las fuerzas estatales.
Es en todo este ambiente cuando se planea la Operación Ogro, el asesinato de Carrero Blanco.
Un atentado que publicitariamente hacia el exterior fue extremadamente rentable para ETA, pero que de puertas adentro, supuso el estallido final de la tensión acumulada.

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